Reseña: Oxímoron - Alec Marambio

El debut solista de Alec Marambio, popular guitarrista en la escena local, llegó en el momento correcto. Después de tantos proyectos de los que formó parte (siendo Zen el más próximo a la memoria), más los años transcurridos en donde se acumula música y experiencias personales, Oxímoron comprime los espacios recorridos por el músico.

La música, como ejercicio de catarsis, se desenvuelve y muestra naturalmente, sin ostentar en virtuosismos, ni forzar a las estructuras para adecuarlas al oído consumidor. Alec: sus guitarras paralelas, en serie, en escalera; letras que lo cuentan todo, cierran ideas; experimentaciones de paso, necesarias; esqueletos sonoros con finales impredecibles. Su voz merece una descripción a parte: comunicadora, viva; capaz de interpretar según el sentido del tema e introducirnos en la canción, contarnos las cosas, de forma ascendente y descendente.

Ahora los detalles. Los primeros segundos de 'No Puedo Escapar' son una fuga de guitarras en distorsión. Más adelante, las dudas y aseveraciones apremian («Dime si puedes escapar / Creo que yo no podré escapar») en la estrofa que desemboca en roturas de platillos y cuerdas. La acústica, el aire a bossa nova, el color de los noventas y el manejo de detalles sonoros son lo que hacen destacar a 'Mañana'. 'Tus Manos' guarda un interesante paquete de guitarras, desde riffs distorsionados con pedales y los envolventes acústicos, hasta arreglos que duran apenas segundos (atención al intervalo entre el min 1:17 y el 1:43).

Trasladado a los noventas por 'Esperándote', aguardo a Marambio que crece en su propia voz. Así se extiende el tema: por matices vocales (pre-coro y coro fulminantes), un bajo que da cuerpo y guitarras agresivas. Para cerrar Oxímoron, el poder baladista y tierno de 'Cicatrices', con un Alec susurrador, deseoso, confundido; oculto, para luego darle un final digno a la canción, a la producción, con su guitarra ahuyadora.

Pero ¿Qué significa Oxímoron? Es una figura lógica que admite dos conceptos opuestos en una sola expresión (algunos ejemplos: «instante eterno», «triste alegría»). Por supuesto, en la producción también se dan algunos conceptos opuestos -metafóricamente hablando-, haciendo un versus entre letra y música; también, las letras aducen a la melancolía-calma, tristeza-alegría, duda-certeza y más contraposiciones. Por ende, el nombre del disco es redondo. Cae a pelo.

Nota final: como anécdota, sin animo de ejercer la carnicería comparativa, Oxímoron me hizo volver a 'Here Come The Warm Jets' (1973) de Brian Eno y a 'Ok Computer' (1997) de Radiohead. Completo disfrute.

Foto de portada: Portada de Oxímoron
Foto en cuerpo de texto: Francisco Medina