NO LLORES POR MÍ, PERÚ*

Tiene 21 años, ha editado más de 10 discos en el extranjero,  tiene 2 giras europeas en su haber y se siente feliz de haber fracasa...


Tiene 21 años, ha editado más de 10 discos en el extranjero, 
tiene 2 giras europeas en su haber y se siente feliz de haber fracasado en su propio país.*


Brayan tiene 21 años y, si hacemos cuentas, su carrera musical la inició a los 13. Formó parte de Caballo de Plomo, dúo de doom metal, junto a Julio Almeida (de Reino Ermitaño). Luego, en el 2009, tocó la primera guitarra en Los Silver Mondays, banda de garage surf rock; con la que grabó  Are You Ready?

En el 2010 formó Ayahuasca Dark Tripjunto a 6 músicos extranjeros (de Holanda, Grecia, Brasil y Estados Unidos), proyecto que fusiona rock, doom metal y psicodelia, sobre un ambiente tribal y místico. Su primer álbum, Mind Journey (2010), fue regrabado y reeditado en vinilo, el año 2012. Y en mayo del 2017 lanzaron Upaya, que recientemente los llevó de gira por Europa. La particularidad de estos dos álbumes es que se grabaron a distancia, lo que sustenta su mérito al escuchar los arreglos exquisitos de las canciones. También queda demostrada la versatilidad de Brayan, ya que en las producciones ejecutó diversos instrumentos como la guitarra, el didgeridoo (instrumento ancestral de viento; hecho de madera, extraída de los árboles de eucalipto), la flauta, entre otros.


Brayan también forma parte de Montibus Communitas, proyecto de drone music (estilo de música caracterizado por ser minimalista y poseer sonidos de rasgo ambiental) que imprime un realismo innato en cada producción. Así, el canto de las aves, los grillos, el recorrer del agua (probablemente un río), las conversaciones de los miembros de la banda, entre otros detalles presentes, nos sumergen en un clima espiritual y ceremonial, reforzado por la precisión de los instrumentos musicales, acústicos en su mayoría, que respetan el concepto simbólico de cada álbum. Son seis los álbumes producidos por este colectivo, entre los años 2011 y 2014; algunos editados en vinilo y cassette, en Europa y Estados Unidos.


El viaje visto como exploración. El viaje visto como escape. El viaje visto como estado natural. Los conceptos cambian, de acuerdo a lo que nosotros creamos y la música, en este caso, es un medio de transporte. Miles de kilómetros son atravesados a través del sonido, en una aventura sin fin. 

-¿Qué significado tiene para ti la palabra viaje?
-Más que viaje, yo diría movimiento. Heráclito (filósofo griego) decía “todo cambia, nada permanece”. En el viaje hay movimiento y en los mejores viajes, cambio. Vas de un lugar a otro y cuando vuelves al lugar inicial ya no es lo mismo. El tiempo transforma, mueve, entonces cuando uno viaja, sea literal o metafóricamente, hay una transformación. En mis viajes he aprendido a dudar más y a dar las cosas menos por sentado. Un buen viaje te quita certezas, te vuelve más vulnerable, y por lo mismo, más atento a lo que pasa.

De acuerdo a sus viajes a Europa (el viaje literal), le preguntamos sobre la audiencia extranjera:

-¿Cómo se aprecia la música afuera?
-Hay menos expectativas por parte de la gente. Es decir, hay más apertura en términos de sonido. La gente escucha música más variada. Es raro ver al “metalero”, el “punk”, el “hippie”, algo así. Entonces, al que le gusta Black Sabbath, también le puede gustar John Coltrane.



Tiene tres producciones en solitario. Su primer EP, grabado en el 2013, matiza diversos géneros musicales, obteniendo canciones sólidas y de ritmo variable. De esta manera, encontramos a la poderosa A Little Bit More, de arranques rockeros, y pasajes psicodélicos. Thinking About Life es un tema instrumental que luce delays y riffs de guitarra reflexivos, ambientales. El contraste lo establece Bikes To Infinity y Algunas Cosas Para Que Las Recuerdes; en la primera se reanuda la fuerza y frescura rockera, mientras que en la segunda ocurren cavilaciones personales, plasmadas en las letras, así tenemos frases como: “Mil veces mi mente se ha preguntado que es en realidad la vida”


Madre Montaña de Amor y Pureza (2014), editado en Lima (Perú) por A Tutiplén Records, reúne canciones que fueron escritas y grabadas por Brayan en un estudio casero, entre los años 2010 y 2013, es decir, entre sus 14 y 17 años. Las nueve canciones que forman parte de este disco de folk acústico, cuentan con instrumentación justa y letras poderosas, en donde la naturaleza es protagonista.

-¿Por qué optaste por los sonidos de la naturaleza en Madre Montaña De Amor y Pureza? 
-Era un poco el concepto del disco. Algo así como situar al oyente en un escenario psico-acústico. Los ríos, los pájaros, los grillos, el viento, dictan el desarrollo del disco, que representa la transición del día a la noche y viceversa. Complementado con las letras, la música es como un soundtrack de ese transcurrir. Yo pienso mucho mis discos, tengo que hacer algo que me entusiasme y me parezca un reto. Entonces, todas esas ideas y conceptos, hacen que me meta más en cada proyecto.

El caudal empieza a transcurrir y las aves cantoras se manifiestan. Encontrar abre el álbum y durante sus 6 minutos podemos descansar sobre riffs de cuerdas melodiosas. Ocurren manifestaciones esperanzadoras en las letras de El Camino, A Mi Ángel De La Guarda, De Amor, Pureza, Alegría y Felicidad y Una Vez. La belleza natural y la resiliencia, están presentes en dichos temas, alternándose con piezas instrumentales, girando así sobre el mismo eje placentero. 



Prolegomena For Any Future Beatmaking (2017), editada por Homemade Gifts Records, reemplaza a la identidad acústica por la electrónica oscura, los sintetizadores, los beats y los nuevos efectos, sumergiéndonos en un innovador ambiente tecnológico, pero que no escapa de lo natural, por la fluidez de sus temas. Prueba de ello es Sapare Aude, cuya guitarra y bajo preparan el terreno para los sintetizadores melódicos y los sorpresivos riffs surf rock. Por otro lado, los aires psicodélicos de Trascendental Schemata, son la prueba de la infinita exploración que ejerce Brayan, musicalmente. 



Sobre la relación de cada producción, pese al relativismo sonoro evidente:

-¿Cuál es la relación que hay entre tus producciones, si estos rondan por estilos distintos?
-Yo soy de las personas que no les gusta la comodidad, la complacencia. Me disgusta mucho decir “ahora sí me siento cómodo”. Lo mismo para la música, tan pronto siento que puedo hacer algo bien y me empiezo a sentir cómodo con un género o algo así, mi cabeza me fuerza a moverme. Entonces, siempre hay algo en un disco que parece no pertenecer al concepto original con el que lo concebí, una melodía, una letra, algo, y siempre termino explorando esos elementos que parecían “excedentes”, conduciéndome a otros géneros, otros ritmos, otras melodías, etc.

Brayan es un músico inspirado por el relativismo. La filosofía es su otra profesión, lo que le permite obtener nuevas dimensiones y visiones sobre su música, y las relaciones que podrían suscitarse en el camino, como ocurre en la naturaleza. El viaje literal y metafórico continúa para este músico de 21 años, que comprende y emprende el valor espiritual del arte y sus conexiones con lo interior, expresados en las obras sonoras, físicas y digitales, que gozan de autenticidad y carácter propio.  





Tambien puedes ver

0 comentarios